Qué es proyecto sagitario?

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Didáctica astronómica. Talleres de Ciencia.

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domingo, 25 de julio de 2010




La apariencia del cielo…

Si una noche libre de nubes observamos el cielo, podremos ver un cierto número de estrellas; estas se irán moviendo lentamente hacia el oeste con el paso de los minutos; al cabo de horas algunas desaparecen bajo el horizonte y otras nuevas trepan desde el este hacia el cenit.

Acaso nos parezca que el cielo es una esfera, una pelota invisible sobre la cual las estrellas están pegadas y giran por su cuenta. De día no las vemos en el cielo, pero están ahí, es el sol con su brillo quién las oculta.

Si miramos hacia el horizonte norte veremos que las estrellas se mueven más rápido en la noche que si miramos hacia el sur; esto es lo que da la idea de pelota o esfera del cielo: el polo sur (para los habitantes del hemisferio sur) es el centro de giro de la tierra –que es quién en realidad gira, y no el cielo- y todo punto cercano al centro de giro se mueve más lento que un punto alejado de dicho centro (pueden hacer una prueba con la rueda de una bicicleta: un punto del piñón, se mueve más lento que un punto sobre la cubierta). Recordemos que velocidad es igual a distancia recorrida en un tiempo dado; es decir: V=d/t. otra cosa es el movimiento en conjunto de la rueda, su velocidad es constante pero angular: V ang. Es decir: se barren determinados ángulos en un tiempo dado.

Ahora bien, estas estrellas que giran -en apariencia- de este a oeste no son las mismas en enero que, en, por ejemplo, junio. ¿Qué ocurre? ¿Cómo podemos explicarnos esto?

Es sencillo: la tierra, además de girar sobre su eje, como un trompo, se desplaza sobre un plano alrededor del sol. Este movimiento de la tierra (imaginemos un trompo sobre la mesa, girando alrededor de una lámpara encendida: el sol es la lámpara, el trompo la tierra y la tabla de la mesa el plano de giro) hace que nosotros nos desplacemos como observadores, y que podamos ver cada noche una región distinta del cosmos que habitamos (es decir: cada tres mese veríamos una pared distinta de la cocina citada como ejemplo. La tierra se va corriendo y el fondo de estrellas cambia como paisaje a medida que nos movemos sobre un camino casi circular rodeando al sol).

El camino que la tierra recorre a lo largo de su plano es una elipse (círculo con dos focos. La base de un cono es un círculo; pero un corte diagonal del cuerpo del cono nos da una elipse –un círculo achatado-) y cuando esta completa su giro decimos que ha pasado un año.

Algunas tardes, apenas oscurece, una brillante estrella se muestra hermosa sobre el horizonte; también en la mañana podemos verla, pero en el horizonte opuesto: es Venus, es un planeta, nos ha engañado con su brillo, no es una estrella y lo parece.

Estrellas son aquellas nubes o globos de gases que brillan con luz propia; los planetas, por el contrario, brillan porque reflejan la luz de estrellas cercanas (en nuestro caso, el Sol).

Aquí podemos comprender la importancia que la luz tiene en la astronomía, en el conocimiento del cielo.
La luz es el lenguaje, el sonido de los cielos; las estrellas se expresan a través de esas palabras mágicas: las luces que producen.
Si no hubiese estrellas no habría luz en el universo.

Cuando dios dijo ¡hágase la luz!, en realidad quiso decir: ¡hágase las estrellas! Por suerte el Cosmos lo entendió y supo hacer lo correcto.

Sergio Galarza

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