Qué es proyecto sagitario?

Cursos de Iniciación a la astronomía.

Didáctica astronómica. Talleres de Ciencia.

Charlas, cursos, campamentos, observaciones grupales.

martes, 7 de febrero de 2012

Cinco Sei, y un Choike, en Punta Marqués

Punta Marqués, mi lugar en el mundo.
Para Dani Vaquero y Moni Herrera.

Dani Vaquero trabaja en la reserva de Punta Marqués, Rada Tilly, Provincia de Chubut. Moni Herrera es su compañera y su esposa. Ambos han estudiado Tecnicatura en Turismo. Dani ama ese lugar y esa ciudad; ama su lobería y su fauna en el más amplio espectro de la palabra. De tal modo lo hace que le resulta imposible no condolerse por la muerte -no de un lobo de mar, claro- sino de la de un roedor o insecto, si esta es forzada por la ceguera del hombre. Tal vez para dar testimonio involuntario, apenas al llegar nos mostró, orondo, su araña lobo, simpática personita que solo salió a saludar cuando por fin la convencimos de que acaso fuéramos nutritivos, al rascar con delicadeza su trampa con una pajita.
Pero no nos apuremos, volvamos atrás, a la mañana en que leí su post en uno de los foros de astronomía más concurridos: “Cumplimos años, queremos festejar en Punta Marqués mirando estrellas”, dijo, o algo así, “¿Hay alguien dispuesto a venir...?”

Vi el post al instante pero guardé distancia por esperar respuesta de los astrónomos o aficionados locales. Recién cuando hubieron pasado varios días y esa botella yacía sola como un inmenso y viejo lobo de mar, moribundo en medio de la rada, me animé a sugerir que allá iría, si gustaban. Y en menos de lo que una gaviota te pasa frente el rostro en el mirador de la Punta, Dani ultimó los detalles para que Proyecto sagitario llevara su cuento de estrellas a las hermosas playas del paralelo 46, sobre el monumento del Golfo San Jorge.

Salir de casa fue una odisea, pues ambos autos necesitaban mimos técnicos para enfrentar hidalgos la larga empresa (ver 1º digresión). En total, recorrimos 4200 kilómetros de pampas y desiertos patagónicos, empujados por la tolerancia infinita de Mimoni, la confianza ciega de Dani y la locura redomada de quién signa.
Acomodados los fierros -y transferidos a la bolsa de don Martini más de cinco mil morlacos- salimos el sábado 31 antes de las ocho, con el Scenic atiborrado de telescopios (4), oculares (6), binoculares (3), cámara, proyector, compu, globo terráqueo tuneado (ver 2º digresión), El cielo a tus pies*, y unas pocas ropas para la estadía.
*(El cielo a tus pies es un juego, un puzzle con imágenes que se arma echado al piso, sobre una manta azul o cielo, de todos mis engendros es el más popular y bien visto. El nombre genial es idea de Mimoni).

Ya en Venado Tuerto, comprendí que por ahí no todo saliera bien, en este viaje. Fíjense, indago a Moni por las vituallas y me dice: No traje nada, como dijiste que nos cuidáramos… Increíble, ella sabe que vivo hablando de más, que mi boca es más grande y más vacía que el mismísimo espacio intergaláctico, y va y me hace caso cuando ni recuerdo en qué mal momento le habré dicho: Llevá poca comida, y muy sana. Nada de milanesas ni de sánguches¡¡¡ En fin, el viaje de ida quedaba condenado por el mal hado de mi verba irreflexiva (no sabía hasta que punto le pasaría lo mismo al de regreso). Todo quedaba en manos del paisaje. A correr¡¡¡

General Villegas, Intendente Alvear, General Pico, una historia de sufrimiento y muerte de los hombres de la tierra, reflejada en los vergonzosos nombres de estas ciudades; por fin Santa Rosa -no menos sustantivo- y de allí a la primera nada del trecho, que nos dejara en Río Colorado.
Dar con esta pequeña ciudad es el primer sacrificio que esa desolación te exige. Son 300km de nada (claro, nada par mí, el paisaje es hermoso, como todo nuestro país), unas lomadas y unas aguas imaginarias envueltas en diagramas de Ven de sal; todo el mundo se reduce a achaparrados arbustos duros.
Río Colorado tiene por bandera a un cerdo, un jabalí negro y alto que me recordó esos días que pasara Odiseo junto a Circe, en alguna de las islas del Egeo, comiendo y perdiendo amigos por igual, en total ignorancia de los gastronómicos sortilegios*. El río corre oscuro y ancho y a la vera hay un camping ordenado y limpio, con turistas que acuden de quién sabe cuántos lugares. Una noche -al regresar- pasamos allí una hora, callados, observando a los jóvenes lidiar con sus mascotas y sus fuegos en pos de la cena. Los reflejos de las luces vecinas sobre el agua formaron una imagen que alivió mi soledad. La tormenta que debía bajar la temperatura agobiante resplandecía sobre el oeste, iluminando los árboles a contraluz y espantando las chispas de los fogones, pero allá quedó.
*(Odiseo o Ulises da con la isla de Circe, esta recibe al Ingenioso y a su corte de amigos, les embriaga y hechiza: los amigos se van convirtiendo en cerdos que luego ellos devoran sin saberlo en fastuosas orgías. Odiseo -como siempre- zafa y continúa seduciendo diosas. Uf, vida dura si la hubo, amigos).

El segundo desierto lo computo en el tramo Río Colorado San Antonio Oeste. Allí quería dormir, en Las Grutas, sitio que me habían pintado como memorable. Ya al llegar me dije, Blues, otra vez engañado por la simpleza o el temple de la sociedad. Las Grutas es un lugar horroroso, repleto de gentes que ni siquiera pueden mover un pié sin pedir que te hagas a un lado. La playa, oscura y firme como pavimento roto, estaba ahíta. Albergue no consigues en esa Babel por menos de 150 dólares¡¡¡ Me pregunto, amigos ¿Qué oscura razón nos lleva a arracimarnos de ese modo, unos sobre otros como si fuéramos hormigas tercas desbordando un terrario? Juré que nunca más en mi vida pisaría de nuevo ese lugar… hasta el año que viene.

El domingo emprendimos sobre la patagonia. Bajar por la 3 es un lujo reparador. Qué hermoso paisaje. Los achaparrados arbustos van cediendo a unas matas y coirones que luego supe con varios millones de años sobre el lomo. Bordeamos Sierra grande –linda-, no entré a Puerto Pirámide –por temor a otra desilusión-, y dimos sobre las once con Puerto Madryn: La belleza¡¡¡¡

Madryn estaba sola y callada, muy pocos aparecían sobre la playa. El viento acojona a un foráneo pero los locales ya comenzaban a traer sus reposeras y sus cuerpos bajo el sol. Unas gaviotas me mostraron su delicada industria en el vuelo planeado. Subir al mirador fue un regalo más. Aún es ciudad de relativa libertad de la pavada consumista, aunque estimo que poco le queda. Al menos los edificios sobre la playa no son tantos como en Las Grutas, donde todo es ellos y el paisaje no existe.

Otra vez a la ruta, el último tirón. Cuatrocientos y pico de kilómetros hasta dar con el destino, la hermosa Rada Tilly. Encajonada, recostada sobre un mar azul o verde donde las corrientes fluctúan.
Bajar de la tres es un verdadero lujo a los ojos. Llegamos a eso de las 17 pero descender a la Villa en la penumbra ha de ser uno de los espectáculos más gratificantes. Ya le vería yo de arriba de la Punta, durante nuestra estancia en su amabilidad.

Daniel Vaquero nos encontró en el super y nos alojó en Coiron  Bungalows, precioso complejo de primerísimo nivel estético y servicial, atendido por su dueño, Neri, quién supo hacer de la estadía un momento a recordar y recomendar. Por cierto, de su asador probé el exquisito Cordero Patagónico, adobado con unos Navarros aportados por Daniel.
Hablando de la terrenal cocina, la primera noche cenamos en casa de Dani, unas pizas por él amasadas que eran la locura. Pero el pobre anfitrión amasó solo, pues ambas Mónicas y yo dimos cuenta de ese cielo ametrallado de vientos y de nubes. Aquí, en la pampa, mirando algún pronóstico, puedes planear una salida con meses de anticipación; en Rada Tilly, con los vientos permanentes del oeste soplando sobre tu cabeza, ora ves el cielo más hermoso y colorido (muchos celestes, azules, violetas, turquesas, zafiros hay allí arriba¡¡¡), ora las nubes lo oscurecen todo y a esperar el hueco donde meter el teles o los binos. Así y todo, el alto se deja bien ver y le dimos duro a Júpiter, a Beteljause, a Orión, a Sirio… Saben, voy a comenzar a medir sensibilidades a partir de la reacción que los observadores muestren ante Sirio. Alfa canis mayoris, esa linda azul blanca que posee una compañera esquiva, la más brillante estrella del cielo en visual, observando desde la tierra. Sirio, el perro del cielo, el Gran can, la estrella que traía a los egipcios su Nilo enhiesto de aguas y la consabida fertilización de las riberas, el limo que los humanos creímos primordial*, origen de tantos buenos relatos: Ruinas circulares, de Jorge Luís Borges; El Golem, de Gustav Meyrink; El Génesis, de Jehová, entre otros.
*(La vida no nació de ningún limo a las orillas de un río, por supuesto; la vida anaeróbica se dio en las profundidades de un océano libre de oxígeno, espeso y caliente, en los bordes de fumarolas volcánicas submarinas, al cobijo y estruendo de caldos batidos a cientos de grados sobre cero. Allí, los primeros ácidos comenzaron a fabricar copias bastas de sí mismas, el ARN-ácido ribonucleico- es hoy la forma base aceptada de la vida).
         Sirio, en relación a la llegada de los vientos tórridos del verano para las culturas mediterráneas, derivó en canícula, calor. Véase: Canis-canícula. Sucedía que cuando el perro se alzaba, descendían sobre esas latitudes los vientos calientes del trópico, hacia el norte. En fin, fue Mónica la anfitriona la que se prendió de él y que agradeciera el vistazo.

         El lunes comenzamos con el jaleo astronómico. En el salón de deportes de la Muni recibimos a dos colonias de vacaciones, es decir unos 60 mocosos más curiosos que Alicia, la de Dodgson. La primera charla se extendió por hora y media y Moni la mía me advirtió, Dejate de embromar, con la mirada. La segunda la hice más activa, con correrías varias y actuaciones memorables de los chicos en el papel de Cometa y Meteoro. Las fotos son elocuentes: de la primera, surgieron doctores; y de la segunda, divertidos. De todos modos los chicos me acribillaron a preguntas y respondí a cada uno como le contestaría a mi padre, interrogado por las razones de tamaño desenfreno en la empresa de enseñar.

Lo mejor vino el martes, cuando las impresiones de los chicos me llegaron a través de sus padres. Por la tarde repetimos la charla ante niños y docentes, tuvimos entrevista con el Señor Intendente y la señora Secretaria de Cultura, Majó, a quién le regalamos un Cuentos del cielo. Por la noche dimos una charla en el Club Náutico, frente al mar. El cielo era una grima y la temperatura al sereno de unos 30º… kelvin¡¡¡ Aún así 36 personas asistieron y se quedaron en sus sitios cerca de una hora. Dios premió su paciencia parece, pues cuando salimos el cielo abría. Le echamos ojo a esas luces chiquitas. El encargado remolononeaba en apagar las lámparas del frente: No hay llave, me dijo, deseando que desapareciéramos, acaso tragados por un hoyo negro, pero le dije: Corte la general, amigo¡¡¡ Cortó a regañadientes y allí brilló sobre mí, mi preciosa y amada Carina.
Antes de que todo quedara en paz, más de uno me dijo: muy buena la charla, muy buena. Por supuesto, es algo que guardaré en el corazón.
Los piropos hacia Proyecto sagitario no quedaron ahí. El miércoles por la mañana fui a una radio y desde otra, por celu, una conductora aseguró al aire que su hija había vuelto a casa muy entusiasmada. De allí, Solange, la directora de deportes y turismo, nos reunió con el Secretario de planeamiento, ante quien argumentamos a favor de contar con un observatorio sobre Punta Marqués, luego de tranquilizarlo al respecto del origen de nuestros ingresos, que son nulos.
Desde las 15 hasta las 17 del miércoles, observamos el sol, en la bajada 9 de la rada. Una rada es una bahía pequeña, y esta Rada es la más hermosa de las bahías pequeñas, lo juro. La gente no dejaba de pasar, una tras otra. Familias enteras llegaban a pie, en bici, o en los lujosos carros que permite el petróleo y el ahínco de esos pobladores. Me contaron que el salario mínimo es de unos diez mil morlacos, aunque varios comentaron que la vida es cara. Mimoni espió los precios en el super y aseguró que Casilda lo es más. De hecho, un terreno frente al mar lo paga cualquiera aquí, en Nueva Roma C, como gusta denominar peyorativa mi sociedad. Volviendo a la rada y la alta materia que me convoca, dirá que el que quiso armó su reloj de sol. Los vecinos se llevaron los ojos llenos ya que con PS los filtros baader son cosa del pasado. Desempolvamos el Coronado Solarmax y a darle duro¡¡¡¡¡ Siempre es un lujo escuchar los comentarios y las exclamaciones de los que por él observan. El filtro Ha te deja ver sus protuberancias y filamentos, y, sobre la fotosfera, con el ojo acostumbrado, ya ves el gas que burbujea al ascender por convección desde la zona radiativa.

Por la noche nos tocó el primer desafío, observar desde Punta Marqués. La noche pintó nublada pero 36 personas se hicieron presentes; muchos repetían la jornada y otros venían por el bullicio de la tarde en la rada. Dimos charla y juego de actrices otra vez. Una nena fue Alnitak, otra Alnilam y un varón ofició de Mintaka. Por fin una cuarta chiquita hizo de Lucero, sobre el oeste. Con esas actuaciones los chicos deliran y aprenden color, temperatura y estado evolutivo del astro, amén de sus nombres. Por un rato despejó la luna y le dimos con ganas. Creo que todos volvimos satisfechos.

El jueves era el postrero. Por la mañana observamos el sol y las ballenas desde la Punta. ¿Las ballenas? Sí. Un regalo de Dani Vaquero a raíz de su capacidad y experiencia, como ahora verán: Dani subió primero en remis, y ya desde el sinuoso camino advirtió el choro de gotitas en la expiración de una de ellas. Seis hermosas ballenas (acaso cinco Sei y una Bryde) se alimentaban nadando a unos escasos miles de metros. Es muy difícil para mí calcular la distancia en ese mar, pero los larguiruchos me dejaron ver sus lomos y sus aletas como si estuviesen a un par de cuadras. Saber luego que nunca antes se había producido un avistaje tan temprano en el año, y habiéndolas incluido yo en los paguer con que mostré el cielo a los niños, me dije: basta mentarlas¡¡¡¡ ¿O el viejo metió otra vez la cuchara? (Los larguiruchos son unos binoculares excelentes, marca Meade, 9x63) - (El viejo es mi padre. Nunca creí en nada, pero desde que él murió han sucedido extrañas y positivas cosas).
El espectáculo nos demoró con algarabía. El hombre es un poquitin menos malo cuando entra en contacto con seres de tanta espiritualidad como los lobos, los delfines o las ballenas. Verlas brillar bajo el sol de la mañana, constatar su trayectoria aparente, pescarlas cuando muestran su lomo y su aleta, cada cinco o más minutos, claro, fue una experiencia indescriptible, acaso solo comparable al atisbo de los bucles de nube en Orión, en mi fabuloso LX90, interpósito el barlow Tele Vue, a 400x.

Arriba compartimos el Ha de Solarmax con turistas de Córdoba y con un atento gendarme oriundo de Corrientes. Charlamos y explicamos a los técnicos en turismo cómo funciona un reloj de sol, y una de las formas de cómo puede fabricarse. Una pregunta me puso en un aprieto, pero pronto aburrí al osado con la respuesta razonada en el momento. El chango -filo heleno por definición propia- me espetó: Si caigo en una isla luego de un secuestro, y  no tengo idea de dónde estoy, ni del día, y estoy más solo que Reuteman en Santa fe… ¿Cómo hago para saber longitud y latitud? Uf. A estos riesgos nos arroja la profesión que he abrazado, la de ser un ATDL. Los demás huyeron hacia los autos como diciendo dejate de embromar que son las doce, pero un par de minutos bastaron para articular una serie de trucos umbríos para desentrañar la verdad. Por supuesto, cuando iba por la mitad, el filón eleno se mandó a mudar, dejando en claro que era un tonto por haberme tomado el trabajo de elucubrar la respuesta. En fin. Moni siempre me dice qué aburro a los demás; cuando acabe por aburrirla a ella… me verán vagar solo bajo las estrellas. Ellas han de ser mi refugio final, después de todo, en unos pocos miles de millones de años, cuando el sol alcance su estado de gigante roja.

A las 12,30 bajamos a almorzar en un comedor excelente, ubicado a dos metros del mar, donde dimos buena cuenta de Pollus y Marcus exquisitos.
A dormir un rato y a las 20 arriba otra vez. Se venía la fiesta del cumple de la Punta. Había programada una caminata, una clase de relajación y las observaciones con los teles noctálopes.

Ahí vamos, última jornada y metejón de pata. Estoy perdido sin mi estupidez, cantaba el Indio en el parlante de la Scenic.

 A las 21 ya había amigos y amigas arriba, esperando el show de estrellas. Las nubes opacaban el cenit y solo la luna de a ratos mostraba algo de su semblante. Los chicos me miraban como diciendo, Arreglá esto, pero he de confesar que nunca había visto gente mejor dispuesta; y, si ustedes siguen mis relatos, sabrán que hemos hecho astronomía hasta bajo la lluvia.
Sobre las 23 el cielo comenzó a abrir otra vez y pudimos darnos una panzada de estrellas. Por segunda vez pude contar esa leyenda ta linda, amerindia, sobre la huella del Choike, en el cielo. La primera había sido en el náutico, y la gente salía a buscar las boleadoras; aquí arriba, la cruz estaba enhiesta así que a la mímica del relato se sumó la realidad del cielo, que avalaba mis palabras*. Observamos hasta que me llevaron de arrastre. Pero es que hasta el sonidista se quedó para meterle ojo a un Saturno amarillo y sinuoso, a escasos 20 o 30º del este. Tres jóvenes de Comodoro, dos varones y una mujer, educados a rabiar, me contaron que, como yo, de niños jugaban con libros. Su padre se lamentaba de no haber podido venir, se lo impedía un severo dolor de espalda. Mi saludo a ellos.

Otras personas que guardaré por siempre en el corazón, además de Dani y SuMoni, son esos chicos tan curiosos, tan inteligentes, que siempre me obligan con sus preguntas a dar con el razonamiento justo, más divertido y didáctico. Imagina -tu que lees- que lo que se habla en esas puestas de Proyecto sagitario no es sobre el estilo de baile de una modelo, o las gansadas que balbucea un Fel&Fort; se habla allí de la física estelar; del porqué, el cómo y el cuánto brilla una estrella; de cual es la diferencia entre una gigante roja y una azul; de cómo fue que Newton nos engañó a todos robando su
F= -G . (m1-m2) /d² a Hooke;
y de cómo don Alberto, el señor de los locos pelos blancos, cometió el error más grande de su vida -según propio criterio- al introducir una constante matemática, en lugar de referirse al crimen que cometió al darle la bomba al Obama de entonces, para que los yankis barrieran con Hiroyima y Nagasaki.

En fin, mi eterno agradecimiento a Rada, a Dani, a Moni, a Neri y a Solange, y en especial a todos los vecinos que pasaron, que me hablaron, que me dieron un beso al despedirse diciendo, Ojalá vuelvan pronto.

Hago esto (ir hasta allá gratis a enseñar astronomía -o a intentarlo-) a raíz de una promesa hecha a la memoria de mi viejo, pero también lo hago por el placer increíble de constatar en todos el afecto y la curiosidad, la inteligencia y la bondad, pilares de un mundo mejor que espero para nuestro futuro colectivo.

Dani, y por tu intermedio a tu comunidad, nunca olvidaré que tan bien lo pasamos, ni tu cara de pillo¡¡¡

Sergio Galarza
Proyecto sagitario

Digresiones:
1º Digresión astronómica: Una hipotenusa de mil novecientos cincuenta kilómetros.
La travesía de Casilda a Rada Tilly es de 13º en declinación sur y unos 6º en longitud O. Los cumpas saben cuanto suma esto, pero los que no, pueden hacer conmigo ahora la cuenta. Vivimos desde Eratóstenes en adelante sobre un mundo redondo como una pelota –casi-, de fácil mensura mediante soles, palos y sombras.  A tanto no los llevaré pero hagamos lo siguiente: sabemos que Gea mide unos 40.000km de circunsferencia ecuatorial*, y que esta se divide en 360º por consejo de los babilonios (2000 AC).
*(El perímetro de la circunsferencia longitudinal de la tierra, es menor al ecuatorial: la tierra está achatada en los polos a  raíz de las fuerzas centrífugas de giro)
Ahora, la cuenta es más sencilla que llenarse los ojos de mar en el golfo San Jorge:
40.000km / 360º = 112 km/º 
Es decir, por cada ciento diez kilómetros que desciendo me estoy moviendo un grado en latitud.
Compongamos con el anterior, el desplazamiento hacia el oeste:
13º de descenso en latitud    =       13x110      = 1450 km
6º de desplazamiento en longitud=6x110       =   660 km
Total realizado en el trayecto:                          = 2100 km¡¡¡¡¡¡

Perfecto¡¡¡ el cuentakilómetros me acusó 1900 km ya que las coordenadas están redondeadas; además, mucho camino se dio en diagonal y no en sus componentes cartesianas, que aquí calculamos¡¡¡

2º Digresión astronómica: Globos tuneados, Batman¡¡¡
Solo un observador del cielo sabe hasta qué punto es cierto que nuestro polo sur está arriba del horizonte, y, por lo tanto, de cualquier globo terráqueo utilizado en el hemisferio sur, y no abajo, como de ordinario lo fabrican nuestras empresas. El polo sur celeste es la proyección del eje de giro terrestre (y NO del polo magnético, con el que en nada coincide ni tiene que ver, aunque por casualidad casi lo hagan, pues difieren en ≈ 6º. Es absurdo que se los enseñe como relacionados) se alza desde el horizonte sur una cantidad de grados equivalente a la latitud del lugar. Así, en rada Tilly, el polo sur celeste está a 46º sobre el horizonte¡¡¡ Cómo pueden enseñar los docentes la realidad con un globo que lo muestre abajo??? Uno compra el globo y luego debe tunearlo, es decir, ¡dar vuelta la pelota sobre los ejes de apoyo¡

3º digresión astronómica: Relojes de sol y filosas Elenas aburridas que han sido secuestradas.
Un reloj de sol funciona marcando sombras. El sol, en su paso por la eclíptica (en su paso aparente por el cielo) recorre ángulos (variables) a velocidades (variables) que se repiten al cabo de los meses. Así, observar las sombras que arroja un palo o una regla (gnomón), ha servido al hombre para: deducir la esfericidad de la tierra; medir su circunsferencia; medir la distancia tierra-luna y tierra-sol; medir el paso de eso que llamamos tiempo; etc., etc.
Los babilonios fueron quienes en el 2000 AC dividieron el día en 24hs, y estas en 60 minutos, logrando el año de unos 360 días y de allí la división de la circunsferencia en la misma cantidad de grados. Es claro, hasta un erudito comprueba que el sol pasa 365 veces y fracción sobre nosotros, antes de que vuelva a ocupar el mismo sitio frente a las estrellas fijas, pero si nos sujetáramos a ello, no habría geometría al alcance de aquellos cálculos (y de los actuales, por eso aún contamos con años como este, el 2012, que es bisiesto) y las pizarras de arena.
He de aclarar que el día medido entre dos meridianos es de 24 horas (entre las dos sombras consecutivas, más cortas, arrojadas por un gnomón). El día medido entre dos posiciones del sol ante el fondo de estrellas (día sidéreo) es menor, de unas 23h, 56´.
En la versión original de esta nota incluía cómo determinar día y latitud geográfica, si un grupo de Obamas me secuestrara y me dejara sobre una isla desconocida, una mañana cualquiera, pero voy a seguir el consejo de no aburrir y les dejo el trabajo a ustedes: basta un palo y unos cuántos días despejados. Por supuesto, si me lo piden les mando mi versión del cálculo por mail.

2 comentarios:

  1. Excelente entrada mi estimado! Gracias por compartir esta maravillosa experiencia!

    Saludos!

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  2. Hermosa nota! La última foto es increíble, la cara de ese nene pone la piel de pollo...!!!
    Ah! ¿Qué es un ATDL??? je. :)

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