Tycho
– Madres de estrellas.
Tycho llegó a casa una luminosa mañana de otoño. El
sol que entraba por la ventana, aún pegaba en la pared del comedor. Lo trajo
mamá, quien lo había encontrado solito maullando en una cuneta, en el campo,
durante una caminata. Tycho era muy chiquito. Nos dio alegría verlo, ¡era tan
lindo y simpático!
Al rato de jugar con él, Ester y yo nos preguntamos
por qué estaba en esa cuneta solo y qué sería de su mamita. ¿Se habria alejado
de su madre y se perdió?
Ella de seguro lo estaría buscando porque las gatas
son unas madres muy cuidadosas.
Tycho se quedó a vivir en casa y pronto demostró su
personalidad, su gusto por salir de noche a pasear, por trepar a la tapia y
observar el cielo junto a nosotros.
Una noche, pensando en la mamá de Tycho y en las
estrellas, me acordé de un libro que leímos. Decía allí que, para nacer, las
estrellas se alimentan de nubes de gas que hay en el espacio.
Parece ser que el gas forma inmensas nubes allá
arriba. Cuando una nube de gas es lo suficiente grande, dentro de ella se
forman miles de soles. Estas nubes de gas pueden brillar o pueden ser negras.
Papá nos explicó: cuando la nube es grande y poderosa,
forma centenares de estrellas pero por fuera es negra, no se ve nada, no deja
escapar ninguna luz. Cuando pasa el tiempo, la nube alimenta a muchas estrellas,
entonces se calienta y brilla un poco; cuando al fin rebalsa de estrellas y
estas quieren salir a la vida, la nube se
abre y deja escapar la luz de sus hijos, los muchos soles.
Tycho tiene manchas que parecen nubes donde nacen las
estrellas. Yo lo alzo y lo acaricio; con el dedo recorro sus manchas negras que
se transforman en manchas marrones, y luego en manchas claras. Juego a que mi
dedo es una nave galáctica que viaja en busca de las nubes mamás de las
estrellas.
Siempre podemos ver esas nubes mamás, esos lugares del
cielo donde nacen las estrellas, pues los hay en el cielo de verano, pero
también en el de invierno.
En el cielo de Invierno hay una nube mamá muy
grande en la Cruz
del sur. Esta es una nube negra, amplia y abundante, la llaman el
Saco de Carbón.
Papá nos contó que antes la gente se calentaba
quemando carbón, y que a ese carbón se lo llevaban a la casa en un saco o
bolsa. Esa bolsa estaba siempre negra.
En el cielo de verano vemos la constelación de Orión y
allí sobre Las Tres Marías hay otra nebulosa
muy grande que a simple vista se la ve como una estrella gorda. Si queremos
verla bien hay que usar binoculares o telescopios. Es en realidad una nube
donde el gas negro y el gas brillante se mezclan. Allí pueden verse a las
estrellas nacer. Se le llama La nebulosa de Orión.
La nube es la mamá que cobija y que alimenta; las
estrellas son los hijos y las hijas que nacen al mundo y van de paseo.
Pronto será el día de las madres. Voy a regalarle a la
mía una foto de una nube mamá, luminosa como ella, la grandiosa Nube
de Orión.
Texto de Sergio. Corrección de Ester.
Imagen de Nebulosa Mamá: gentileza de Ester Letrica.
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