Qué es proyecto sagitario?

Cursos de Iniciación a la astronomía.

Didáctica astronómica. Talleres de Ciencia.

Charlas, cursos, campamentos, observaciones grupales.

lunes, 30 de marzo de 2015

Carlos Pellegrini, Ojo con el Telescopio

Carlos Pellegrini, Ojo con el Telescopio

 Hace seis años que difundo astronomía por los caminos de Argentina. He estado en Chubut y en Jujuy. Los que me conozcan desde entonces saben que no he cambiado mi entusiasmo; antes al contrario, cada vez que intentaron disuadirme (y fueron insistentes) solo lograron que empujara con más fuerza. En este tiempo y a lo largo de ese espacio he aprendido muchísimas cosas.

El conocimiento es una sensación que primero se intuye y luego, con la experiencia repetida, se confirma; al fin, con el tiempo, se afianza y si no se lo ejercita, hasta se olvida. Borges contó que había aprendido y olvidado el Alemán, por ejemplo. 

La experiencia de ver a personas observar la Luna o Júpiter, su reacción de sorpresa, el impacto que causa en esa alma que por primera vez se asoma a un ocular. En mis notas viejas, esa reacción está contada más de una vez, sobre niños o ancianos. Anoche, al regresar de una actividad divulgativa en Carlos Pellegrini, Mimoni me dijo: qué impresionante, cómo se sorprende la gente cuando mira la luna, unos exclaman, muchos no dicen nada pero vos les ves cómo abren los ojos, cómo se retiran un poquito, sorprendidos, y luego vuelven a concentrarse, casi sonriendo…

Así me dijo Moni, quien cada vez que puede me acompaña y ayuda manejando un teles o tomando las fotos que aquí público y que son espejo de lo realizado, de lo disfrutado.

Cuando esto escuché sonreí por dentro, Mimoni me hablaba sorprendida, había aprendido ella eso que antes dije, un hecho profundo y conmocionante, la reacción siempre magnífica de sorpresa y gusto de aquél que por vez primera observa el cielo a través de un telescopio.

Carlos Pellegrini es un pueblo magnífico enclavado en la Provincia de Santa fe. Ayer asistimos invitados a una jornada de juegos, canciones y Lunas para todos, organizada por un grupo de jóvenes entusiasmados con darle a su localidad un proyecto político colectivo. Fue muy estimulante estar allí, se percibió en todos amabilidad y alegría.
Mi trabajo ya lo conocen, llevo estrellas y soles escondidos dentro de los telescopios, los mejores por los que alguien pueda mirar en una puesta itinerante. A veces les digo a los que preguntan: mire usted ese Saturno, y mire bien, nunca volverá a mirar por un equipo como este. Luego pienso o digo, cuidado, esto no es soberbia, es una verdad. Llevo en Quéchatitache, mi fabuloso móvil astronómico, una Kangoo 16 valves, como me gusta decir, una tracalada de telescopios, a saber: un Meade LX90 de 200mm; un Coronado solarmax de 40mm con doble filtro ha, para observar el increíble sol con todos sus detalles de superficie; un newtoniano de 200mm; tres o cuatro teles más, refractores, newtonianos, más chicos para armar donde haya muchos niños con su sano bullicio. Llevo también compus y proyectores, sillas y cables, globos terráqueos y fotos; llevo, en fin, un arsenal de elementos para disfrutar del cielo. Y no hay otro que así lo haga o que esa calidad de equipos cargue.

Los chicos y los grandes pudieron ayer solazarse con Luna en cuarto creciente, desde las 5 de la tarde, ya estaba ela ahí arriba, brillaba bien poco pero… qué problema es ese cuando lo enfocás con una bestia como el 200mm? Todos pudieron disfrutar de sus mares, de sus cráteres y, después de las 7, cuando aumentó el contraste, de sus cadenas montañosas y de sus fallas.

Ni hablar de lo que fue mirar al sol, mostraba manchas, fáculas, filamentos, prominencias, mostraba, en fin, todo lo que él tiene para mostrarnos a nosotros, los pobres mortales, que hacia él alzamos los ojos, seguros tras los filtros del telescopio.

Nos volvimos a las 20 hs, cuando la jornada tocaba a su fin.
Ojalá pronto retornemos a tan linda gente.



















































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